AGUARDANDO

Comenzaré a archivar las dudas, por si acaso...

jueves, 1 de enero de 2009

Dia nuevo del Año nuevo

Pues ya está aquí. A veces he creído que nunca llegaría o que retrasaría su llegada, pero no. Puntual, sin un segundo por delante o por detrás, llegó con la parafernalia de lo nuevo y con la algarabía de siempre. Austero y formal en la despedida, serio y responsable con cena de mantel y postre de mazapan para decir adios con toda dignidad al año que se va tan dignamente, erguido, presuntuoso, como si aquél que viene a reemplazarle no pudiera nunca igualar sus bienes conseguidos o sus males evitados.

Sin embargo el que llega, con la alocada juventud de sus proyectos expuestos sin pudor en la pantalla de las espectativas más ansiosas y voraces, comienza desgranando la lista en mitad de una plaza alborotada en la que la alegría de la fiesta lo inunda todo. Con los ojos enmarañados por la emoción y los oidos cerrados por el impresionante vocerío, ni se entiende ni se ve lo que expone el confereciante entre altavoces que se desgañitan perdiendo la garganta. Lo importa lo que ofrezca ni lo que prometa este loco jovial que se llama Año Nuevo. Fiel a sus principios comenzará a vivir con la furia de la fuventud para irse desinflando poco a poco una vez que a sus ansias comiencen a faltarle amigos que le sigan, elementos para seguir adornando su escaso decorado.

Paro dará lo mismo, porque al final, como cada año, se repetirá la historia y los que ya hemos vivido todas las tentativas de los cambios y conocemos el cuento hasta en sus mínimos detalles, el argumento, el desarrollo, lo finales diferentes preparados para exponer el que más nos interese a la hora de la cuenta de los resultados, seguiremos asistiendo indiferentes al espectáculo de la vida que se renueva cada año, como por arte de magia, como el resultado de una simple operación matemática y que nos deja con la boca abierta, como si desconocierámos o ignorásemos el truco.

Aunque realmente nunca sabremos que es indiferente la actitud con la que asistimos al desarrollo de ese acto final y apoteósico, o la esperanza que como en los otros, sentimos de pronto nacer renovada, a la publicamente nos resistimos a dar cobertura. Pero en nuestros interiores deformados por la humedad y el deterioro lógico del paso del tiempo, seguimos esperando que algo nuevo suceda a partir del momento final en que diciembre da sus últimos pasos haciendo mutis por el foro.

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